martes, 13 de agosto de 2013

La esperanza de un recien ascendido

El Hertha de Berlín se estrenó en la Bundesliga 13/14 con una aplastante victoria ante el Eintracht de Frankfurt por 6 goles a 1. El conjunto de Jos Luhukay dejó la sorpresa de la jornada. Se trata de un conjunto de los “clásicos” en la Bundesliga, pero recientemente ascendido de la 2. Bundesliga, que logró endosarle 6 goles a un equipo de Europa League. El Hertha se adjudicó el récord de la victoria más abultada de un conjunto recién ascendido en la primera jornada de la Bundesliga.



Esta victoria deja la ilusión de los aficionados Blauweisse por las nubes, y es que las sensaciones no pudieron ser mejores. Puede parecer de oportunistas alagar a un conjunto recién ascendido cuando ya has visto de lo que es capaz, pero sería de poco listos no destacar y subrayar el magnífico partido que  plantearon.  Poco variará la alineación que el sábado alineó Luhukay durante la temporada si el equipo sigue dando buen rendimiento, pero ojo, ese buen rendimiento no es golear siempre. El objetivo es salvarse y, partiendo de la base de que salvarse ya sería un gran éxito, en el caso de que se consiguiera con varias jornadas de margen se miraría arriba.

El once titular del sábado alineaba a los siguientes hombres: Kraft - N’Djeng, Langkamp, Brooks, Van Der Bergh – Hosogai, Lustenberger – Allagui, Baumjohann, Ben-Hativa – Ramos. La portería está asegurada por Kraft, el ex portero del Bayern aportó seguridad, aunque no trabajó en exceso. La defensa se compone con dos laterales muy ofensivos, N’Djeng y Van Der Bergh se incorporaron en numerosas ocasiones y fueron de gran ayuda a los mediocentros en la presión. Los dos centrales son Langkamp, que aporta mayor seguridad y experiencia y Brooks de apenas 20 años, el cual aporta juego aéreo y anticipación.

Pasamos a las líneas clave del entramado táctico de Luhukay. El entrenador de los capitalinos preparó una presión muy agresiva en campo propio. En ella era esencial el robo y salida rápida que aportaron Lustenberger y Hosogai, sobre todo el nipón. Con ayuda, en ocasiones, de los laterales en posición adelantada, el jugador rival que tenía el balón se veía con dos y hasta tres hombres presionándole a él y a sus posibles destinos en caso de pase. Esto desencadenó en continuos robos de balón o imprecisiones rivales, que aprovecharon los locales para salir a la contra. Pero una contra no puede ser peligros sin jugadores hábiles, técnicos y dinámicos que la conduzcan, y el Hertha los tiene.


Dinamita en tres cuartos

Allagui, Baumjohann y Ben-Hativa se dan cita en la zona de tres cuartos de campo. Ahí es donde el contragolpe se puede definir como ocasión clara de gol o robo y recuperación del rival. El balón robado por los centrocampistas es cedido un jugador de los antes mencionados. La habilidad técnica y la movilidad entre líneas de estos jugadores permite una asociación rápida y en pocos toques que hace de la contra una ocasión manifiesta de gol. Las permutas en esta zona del campo son constantes. Tan pronto puede aparecer Allagui por derecha para dar el pase de gol, como por la izquierda llegando a rematar un centro, del que se suponía media punta, al segundo palo.

Esa movilidad desconcierta a los rivales. Pero cuando la movilidad o la habilidad técnica no son suficientes, aparece la labor oscura del delantero, en este caso el colombiano Ramos. El “cafetero” no es importante por su capacidad goleadora, que también, sino por su habilidad para arrastrar a la defensa con sus desmarques y dejar espacios a la llegada desde segunda línea. Eso se puede apreciar perfectamente en el tercer gol del Hertha.



Ramos es más que lo mencionado. Es un 9 dotado de un buen físico y no exento de calidad individual. Posee un buen disparo con ambas piernas, como así demostró en el partido al marcar un gol con la zurda y mandar un balón al larguero con la derecha. Él es diestro. No es un 9 fijo, se mueve por todo el flanco de ataque para entrar en contacto con el balón, sabe desenvolverse fuera del área. Sus desmarques son peligrosos por su velocidad sin balón.

Parece que la afición berlinesa puede respirar tranquila, parece que con estos jugadores, con esta actitud y planteamientos, el equipo pasará pocos apuros. Ojalá sea así, la capital de Alemania merece un club grande, ya lo es, pero merece estar entre los mejores.


Christian Sánchez de la Blanca Portillo 

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