jueves, 15 de agosto de 2013

Granada CF: Las Leyendas de su Historia.

Fernández-Fígares


Nombre: Matías Fernández-Fígares Posición: Directivo



Fernández-Fígares







Es una constante en la historia granadinista en el olvido de personas que actuaron en su día en beneficio del club. Nunca, en sus sesenta y un años de existencia como campo de fútbol del viejo Los Cármenes, ni siquiera una modesta placa de cerámica nos recordó a los hinchas rojiblancos que aquel espacio deportivo debíamos agradecérselo en gran parte a una persona, Matías Fernández-Fígares y Méndez (Granada 1893-1936). La dimisión de la presidencia del Recreativo Granada del ilustre pintor Gabriel Morcillo, en marzo de 1934, dejó el club en manos de este arquitecto que en seguida puso manos a la obra del gran proyecto que tenía entre manos un club que a pesar de tener sólo tres años de existencia ya estaba a las puertas del segundo nivel del fútbol español y por eso necesitaba un recinto más acorde con su categoría. Otra constante en la historia granadinista es la gran exigencia de la afición a la hora de pedir fichajes y buenos resultados y la poca respuesta a campañas en las que se le pide su aportación monetaria. El caso de la construcción de Los Cármenes no fue una excepción, de modo que lo que en principio iba a ser una obra cuya duración se preveía que en dos meses estaría finalizada no acababa de rematarse porque el dinero necesario (unas 100.000 pesetas), que debían aportar los aficionados por suscripción popular, apenas llegaba a la mitad. La solución fue que D. Matías, que ya había aportado gratuitamente el proyecto de la obra nueva y dirigido los trabajos, adelantó de su bolsillo lo que faltaba, una cantidad muy considerable para la época, cantidad que se le reintegró nunca, mal y tarde. Así, en diciembre de 1934 pudo el Recreativo estrenar, casi simultáneamente a la Segunda división, el que por entonces fue saludado por la prensa como uno de los mejores "estadium" de Andalucía. Desde esa fecha hasta mayo de 1995 fue Los Cármenes el escenario de las glorias rojiblancas. Pero fue algo más, fue el auténtico bote salvavidas de una entidad en permanente situación de precariedad económica, y en ese sentido sus servicios al club duran hasta más de diez años después de dejar de ser un campo de fútbol. El 20 de mayo de 1936 dimitió como presidente del Recreativo. El país estaba a punto de entrar en su periodo histórico más negro de todo el siglo XX y el club quedaba en una situación de bancarrota que hacía temer por su continuidad. En esa fecha ya padecía los síntomas de la enfermedad que acabaría con su vida seis meses después a los 43 años de edad. Aunque de alguna forma se palió la sinrazón del olvido para con este prócer, bautizando con su nombre un foro dedicado a la organización de actos sociales y culturales hace unos pocos años, nos parece poco homenaje a quien fue un hombre providencial para el granadinismo.




Millán



Nombre: José Millán González. Posición: Defensa.









José Millán González (Granada 1919-Almuñécar 2008) puede ser considerado como el prototipo del canterano granadino. Nuestra cantera nunca fue muy prolífica y, de siempre, sus mejores productos fueron jugadores de cobertura. Y nadie como Millán para dar seguridad atrás a un Granada (todavía denominado por muchos con su antiguo nombre de Recreativo) que pronto iba a contarse entre los grandes en los años primeros de la larga posguerra.

Valorado en su época como uno de los mejores defensas de España, cada pretemporada se hablaba de que podía ficharlo el Madrid u otro grande, sin embargo no se movió de su tierra hasta que ya con treinta, después de once años consecutivos y de haber dado lo mejor por el club rojiblanco, obtuvo la libertad gratis, por aclamación de la asamblea de socios, para fichar por el Coruña. En tierras gallegas ganó en dos temporadas más que en las otras once, pero su queridísima tierra le tiraba bastante por lo que a Granada volvió para seguir todavía tres años más de rojiblanco. Hasta que en 1955 el fracaso en la liguilla de ascenso a Primera decide a la directiva a darle la baja, a pesar de que el Granada fue el equipo menos goleado de las dos primeras categorías. Pero a sus treinta y seis todavía le quedaba cuerda, y de la buena, de lo que se benefició el Jaén, que ascendió esa misma temporada a Primera con Millán como insustituible.

Floro, Millán, González es el eterno recitado que llena la práctica totalidad de los cuarenta granadinistas, recitado que tiene continuación en la primera mitad de los cincuenta con el de Candi, Vicente, Millán, González. Sus catorce temporadas en rojiblanco y sus 360 partidos le hacen ser el segundo futbolista que más se ha alineado en el Granada CF, sólo superado por Lina. Pero es que además es el único granadino que alcanzó la internacionalidad absoluta militando en el Granada. Fue el 11 de marzo de 1945, en Lisboa, en un partido amistoso que España empató a dos con Portugal. La mala suerte hizo que se lesionara de cierta importancia. Mala suerte para Millán y también para el Granada, que sin su importante presencia en la zaga no pudo evitar el primer descenso de la historia rojiblanca al finalizar la 44-45.

Millán es de ese tipo de futbolistas que conectan en seguida con la grada, que en muchas ocasiones lo reclamaba, al grito de ¡Pepe, Pepe!, para que subiera a rematar cuando las cosas no iban bien y faltaba poco para el final, porque otra de las facetas de este gran futbolista es que iba muy bien en el juego aéreo, hasta el punto de que el míster Valderrama y su sustituto, Cholín, en la 47-48 lo alinearon de delantero centro en numerosas ocasiones. Aquella temporada acabó cuarto máximo goleador, con siete tantos.

Pepe Millán (o Pepe, a secas) es el máximo exponente del futbolista granadino y el iniciador de una saga en la que podríamos inscribir algún que otro continuador (Méndez, Vicente, González (hijo), Barrachina, Aguilera, Lina, Lucena...), defensas sobre todo muy limpios, pundonorosos, sin poses y no exentos de clase futbolera.




Parits



Nombre: Thomas Parits Posición: Delantero







Fue un nueve de mayo de 1976. Quedaban dos jornadas para el final y el Real Madrid acudía a Los Cármenes a hacer su trabajo cotidiano, proclamarse campeón de Liga. Enfrente, los rojiblancos se jugaban su última opción para eludir el descenso. Aquel Granada de Miguel Muñoz se iba irremisiblemente a Segunda tras una aciaga temporada. Todo pasaba por ganarle al Madrid de Velázquez, Breitner, Santillana y Del Bosque.


Muñoz, gloria merengue y futuro seleccionador nacional, estaba a punto de certificar su fracaso. Manejaba una plantilla competente que sólo unas temporadas antes se había clasificado sexta y en la que despuntaban nombres como Castellanos, Angulo, Grande, Santi y Parits, el "Cruyff" rojiblanco.

El austriaco Thomas Parits había recalado en el Granada la temporada anterior procedente del Eintracht de Frankfurt, que cobró seis millones de pesetas por el traspaso. El parecido físico de Parits con Johan Cruyff -el "galáctico" de entonces- era notable y su debú prometió tardes de gloria. La selección argentina, de gira por Europa, jugó en Los Cármenes un amistoso que sirvió para presentar a Parits y para que el austriaco destapara el tarro de las esencias.

Escribió el desaparecido Carlos Tomás Romero en su libro "65 años de la historia del Granada": «En un amistoso ante la selección argentina, no solo le dimos un baño, sino que el "extranjero" las daba todas, corría, driblaba, tiraba a puerta, metía goles y su juego alegre y veloz destacó por encima del de todos. Nada, una bicoca».


Correr corría que se las pelaba -tenía una marca de 11.05 en los 100 metros, según la Federación austriaca de fútbol- pero la bicoca no lo fue tanto y el "efecto Parits" se desinfló hasta quedar convertido en un futbolista de ráfagas geniales y notable discontinuidad. Con todo, disputó 80 partidos con la camiseta rojiblanca a lo largo de tres temporadas y fue 27 veces internacional con su país.


Desde el descanso


Aquella tarde, con el viejo Los Cármenes a reventar, Parits salió desde el banquillo tras el descanso. El marcador ya pintaba mal para los locales pues Macanás había batido a Puente en el minuto 40. La segunda parte ofreció más de lo mismo y en el minuto 62, el alemán Breitner marcó el segundo gol. Los Cármenes se volvió contra Miguel Muñoz y el presidente Cándido Gómez y muchos aficionados dejaron el campo antes de terminar el partido. Esos seguidores se perdieron, sin saberlo, el último gol del Granada en Primera, que llegó cuando Parits batió a Miguel Ángel de disparo cruzado en el minuto 91.



El "Cruyff" rojiblanco siguió una campaña más en el Granada, ya en Segunda, y después se marchó. En la despedida, reconoció que en el fútbol «nunca se puede estar en la misma línea buena. En general creo que ha sido buena mi actuación en el Granada y me marcho más contento que triste. He pasado unos años maravillosos aquí y estoy muy agradecido. Sólo les deseo que el Granada esté el año próximo en Primera División».

Como adivino no tenía futuro, pero sí como entrenador. Tras colgar las botas en el Linz, dirigió con éxito y títulos al Austria de Viena y al Admira Wacker, entre otros, y hace un par de años se hizo cargo como presidente del club de sus amores, que hoy juega en San Mamés ante el Athletic un partido de la "European League". Allí, en la Catedral y con jugadores vestidos de rojiblanco, puede que Parits cierre los ojos y se vea a sí mismo haciendo quiebros imposibles y lanzando su melena al viento. De rojiblanco, sí, pero a rayas horizontales.





Alberty


Nombre: Julio Alberty Kiszel Posición: Portero





Dicen de él que cuando tenía que intentar parar un penalti se subía a su larguero para desde allí lanzarse a por el balón.

Julio Alberty Kiszel (Debrecen, Hungría, 1911-Granada, 1942) puede simbolizar como nadie el fútbol de la España de pre y posguerra. Un deporte en blanco y negro pero que ya era plenamente profesional en una España también en blanco y negro. Es el periodo que transcurre entre la dictadura del general Primo de Rivera y la del general Franco, pasando por una república y una guerra civil y con toda una guerra mundial como telón de fondo. Tiempos en los que predominaba un juego de bastantes menos precauciones defensivas y en el que los guardametas solían ser cañoneados a placer y, por eso, tenían más ocasiones de demostrar su valía. Tiempos en los que a los futbolistas con problemas de alopecia no les importaba jugar cubriéndose sus vergüenzas capilares con la castiza boina.Y también es Alberty el símbolo granadino del futbolista de leyenda, porque en Granada tenemos también una leyenda con un portero húngaro como víctima del infortunio. Es una fábula de andar por casa y no es muy conocida fuera de nuestra ciudad. Pero tiene las resonancias líricas de las desventuras de otro portero húngaro, Platko, el de la oda de otro Alberti, Rafael. Unos dicen que lo mató el piojo verde, otros que fue un balonazo o una dura entrada del "stuka" Campanal. Otra versión dice que fue una pulmonía, que lo agarró mientras deliraba de fiebre en un pasillo de hospital, en unos tiempos anteriores a la penicilina.Sólo estuvo entre nosotros seis meses y sólo catorce partidos defendió la portería rojiblanca, pero le bastaron para ser muy querido de la afición. Los pocos que quedan que lo vieron jugar lo recuerdan como un porterazo, volando y atajando balones imposibles o saliendo de su marco con mucha seguridad y valentía. A los treinta años de edad se quedó para siempre en Granada este húngaro que se nutría de zumo de naranja entre jugada y jugada.El 9 de abril de 1942, a la vez que 200.000 japoneses ocupaban las islas Batán, en Filipinas, moría tras un mes de enfermedad en el sanatorio de la Purísima, acompañado de familiares y de José Manuel González y Paco Bru. Dos días después el Granada cerraba el fichaje del llamado a ser su sustituto, el portero canario internacional del Hércules (por entonces, Alicante) Pérez, que en ningún momento hizo olvidar al húngaro.Casi setenta años después, Alberty sigue vivo en la memoria del granadinismo como uno de los mejores porteros que tuvo el Granada en toda su historia.




El padre del granadinismo


Nombre: Ricardo Martín Campos Posición: Directivo





Ser hincha de un club de fútbol significa sentir pasión por unos colores y un nombre. En casi todos los clubes de fútbol, sobre todo en los de más solera, sus colores y su propio nombre son cosas que se dan ininterrumpidamente desde que el club existe y son símbolos poco menos (o poco más) que sagrados para sus fieles, de modo que puede sonar a sacrilegio plantear siquiera un cambio de los mismos. Pero mire usted por dónde, el equipo de nuestros amores, el equipo que viste de rojiblanco y se llama Granada CF, presenta la peculiaridad de que ni su nombre ni sus colores son los mismos que le dieron aquellos que decidieron su fundación. El responsable último de que esto sea así es D. Ricardo Martín Campos.

Su vinculación con el Granada empieza en 1932, como vicepresidente del pintor Gabriel Morcillo, cuando el club con apenas un año de existencia ya tiene muy poca vinculación con los siete primos Amigo y con el ebanista Julio López, que son los auténticos fundadores del Recreativo Granada. Las funciones de directivo las alternará durante varios años con las de secretario técnico. Hasta que al finalizar la temporada 35-36 el Recreativo es un club en profunda crisis, sin jugadores y sin un céntimo, y también sin directivos.

La situación del club es desesperada y se ve como muy posible la desaparición de la entidad. Pero Martín Campos da el paso adelante y al frente de una comisión ejecutiva integrada por cuatro ex directivos se hace cargo del club en mayo de 1936. Eufrasio Martínez, "Martinenc" desde las páginas del Defensor de Granada alaba su valentía y lo compara con la Roca Tarpeya romana.

La Guerra Civil vino a salvar la situación y a su término renació el club, que de la mano de Ricardo Martín Campos, ahora ya como presidente, muy pronto llegó a lo más alto. Y si la guerra sirvió al menos para evitar la defunción de nuestro Granada CF también a ella hay que achacar el cambio de símbolos granadinistas. Las escaseces de todo tipo que sufría un país en ruinas y aislado trajeron el cambio de colores. Y el deseo de acabar con cualquier cosa que recordara a la República es la explicación del paso a mejor vida de la denominación que nació el mismo día que el régimen político derrotado.

Siempre podrían haberse recuperado posteriormente tanto los colores como el nombre original (cosa que hizo el propio Martín Campos para el filial, ya en 1947, en su segunda etapa al frente del club), pero el fútbol es un juego en el que, como tal, tiene mucha influencia la suerte, y como ésta acompañó al club en los primeros momentos posteriores al cambio, a nadie se le ocurrió reivindicar la vuelta a los orígenes.

Don Ricardo Martín Campos, dirigiendo al club con su inseparable puro desde sus oficinas del Cine Regio (en la calle Escudo del Carmen, esto para los más jóvenes) del que era propietario, fue un buen presidente que alcanzó gran popularidad y dejó grato recuerdo de su gestión.



Ighalo


Nombre: Odion Jude Ighalo Posición: Delantero




El 28 de diciembre de 2010, Ighalo regresó al Granada cedido por el Udinese hasta final de la temporada 2010-11. El 7 de enero de 2011 debutó en su segunda etapa con el Granada en un partido de liga contra el Villarreal B. El 18 de junio del 2011 marcó el gol con el que el Granada CF ascendió a Primera División tras 35 años sin hacerlo. Ighalo desde entonces es uno de los jugadores más apreciados en el Granada CF, donde ya se le conoce como "el Butragueño del Generalife". Volvió a ser cedido al Granada CF para la campaña 2011-2012, jugando así su primera temporada en la Primera División Española, donde fue crucial con sus goles al final de la temporada para la permanencia en primera del club nazarí. En la temporada 2012/2013 nuevamente el Udinese Calcio cedió al nigeriano al Granada en el último día de fichajes, tras una negociación en las mejoras salariales del futbolista, donde el nigeriano se volvió a convertir en un jugador clave para volver a permanecer una temporada más en Primera, y metiéndose de nuevo a la afición en el bolsillo.





Davinia P.G.

0 comentarios:

Publicar un comentario